ja, se me olvidaba

queria postear esto desde hace tiempo pero se me habia olvidado, es de un tlalpeño de nombre renato deluc.

PROMETEO (1934)

por Renato Leduc

ACTO I

PROMETEO, CRATOS, HEFESTOS

CRATOS

(a Prometeo)

Por fin hemos llegado

al siniestro confín de Recabado.

Tú, padrote de putas miserables,

quedarás enclavado en esta roca,

un chancro fagedénico en tu boca

dejará cicatrices imborrables.

(a Hefestos)

Y tú, cojo cabrón, ya palideces

como si fueras a correr su suerte.

Átalo pronto, que si no, mereces

¡oh! ¡pendejo inmortal, que te dé muerte!

HEFESTOS

(para sí)

Yo no tengo la culpa de apreciarle,

juntos corrimos memorable juerga.

¡Oh miseria! ¡Oh dolor! Tener que atarle

de pies y manos, de pescuezo y verga.

CRATOS

¿Acabarás por fin con la tarea

que Zeus te encomendó…?

HEFESTOS

¡Que yo no vea

realizarse mis fúnebres temores…!

CRATOS

Déjate de lamentos y clamores

y di ¿qué es lo que temes insensato?

¿acaso quieres que valor te preste?

HEFESTOS

(profético)

Que no te llegue el doloroso rato

que estás haciendo padecer a este;

que tu pene inmortal no se convierta

en huachinango con la boca abierta;

que tu miembro viril erecto y seco

no escurra nunca pasta de pebeco.

CRATOS

¿Qué palabras fatídicas brotaron

del cerco de tus dientes, desdichado?

Jamás los vaticinios me asustaron

porque el ánimo tengo bien templado.

No cumplida verás tu predicción

yo nunca voy con putas de a tostón.

Además, en las aguas del Pocito

invulnerable se volvió mi pito.

HEFESTOS

No te jactes, ¡oh Cratos!, del telúrico

miembro viril que te obsequió Natura,

mira que hay chancros de ácido sulfúrico

que polvo vuelven a la piedra dura.

CRATOS

No me asustas, no soy de tus pendejos;

abstente de dictar nuevos consejos

y acaba de forjar esas cadenas…

HEFESTOS

Bien forjadas están, mayores penas

sufren quien forja que quien solo manda

con duro acento…

CRATOS

(a Prometeo)

…Anda

Titánida feroz, lleno de dolo,

¡decláranos la guerra!

Desciende hasta la Tierra

donde viven los hombres cual lombrices

y enséñales placeres que tan solo

reservados están a los felices.

Si a las efímeras piedad te mueve,

enséñalas a hacer sesenta y nueve.

Titánida feroz, lleno de dolo,

aquí te vas a ver jodido y solo,

que las putas de lengua articulada

nada pueden hacer, no pueden nada…

(vanse)

ACTO II

PROMETEO, HERMES, CORO DE OCEÁNIDAS

PROMETEO

(encadenado se dirige a los elementos)

Éter sulfúrico, bebidas embriagantes,

claros raudales de tequila Sauza;

Vedme sujeto a pruebas torturantes

y sin saber siquiera por qué causa!

¡Oh twenty dollars coin que ruedas mansamente

por el tapete azul del infinito;

vástago de Hiperión, dios igniscente

apaga los ardores de mi pito!

Tú, que brindas tu luz a los mortales

cual cerúlea linterna,

mírame padecer horrendos males…

Como la Hidra de Lerna

llevo en mi sangre gérmenes fatales.

Tierra nutricia, asfalto de la calle,

soñoliento gendarme de la esquina,

impide que la inquina

de Zeus Cronida sobre mí restalle

(escuchando un batir de alas que se aproxima)

Alguien viene. ¿quién es? ¿baja del cielo

un inmortal para tomarme el pelo?

CORO DE OCEÁNIDAS

Desdichado titán, hemos venido

veloces desde el fondo del Océano

para tenderte una piadosa mano

en el momento en que te ves jodido.

Relátanos por qué quiso el Cronida

tenerte así, con la cabeza erguida

con los brazos en cruz y ¡oh cruel tirano!

con un falo metido por el ano.

Refiérenos también, uno por uno,

los pormenores de tu cruel suplicio.

¿Por el chiquito te cogiste a Juno?

¿Rompiste sin querer el orificio

ambrosiano y sutil, por donde mea,

a la divina Palas Atenea…?

PROMETEO

¡Oh, prole innumerable de Pánfilo Zendejas!

Ya que piadosas escucháis mis quejas,

ya que venís del fondo del Océano

para tenderme una piadosa mano,

os voy a referir por qué delito

quiso el Cronida cercenarme el pito.

Los hombres miserables por el monte

vagaban, persiguiendo a las mujeres,

y su coito tenía los caracteres

que tiene el coito del iguanodonte.

Yo los vi cohabitar en las cavernas

sin un petate en que tender las piernas,

sin otra almohada que la roca dura.

Tan solo conocían una postura

para efectuar el acto del amor…

Transido de dolor

yo enseñé a los mortales industriosos

cuarentas y seis maneras de joder.

Sabiamente les hice comprender

que en esto de los lances amorosos

se llega al non plus ultra del placer

dando cierta postura a la mujer.

Por mí supieron que el sesenta y nueve

obedece a las leyes del Clynamen

porque yo lo enseñé, ahora mueve

cualquier mujer el blando caderamen.

Mi enseñanza cundió por el Urano

y jodieron hermano con hermana

y los dioses sintieron en el ano

“una sensual hiperestesia humana”.

Tal es, dulces deidades, mi delito;

tal es el crimen de que se me acusa;

por él se quiere convertirme el pito

en una inútil cafetera rusa.

OCEÁNIDA

Desdichado Titán, te he de decir

que por falta de pene no habrás mengua.

Confórmate que allá en el porvenir

lo que habrás menester será la lengua.

PROMETEO

Si me hubiera tejido la puñeta

no sintiera el dolor de que taladre

mi canal uretral la espiroqueta…

(a Hermes que llega)

Mensajero fatal ¡Chinga a tu madre!

HERMES

(cantando)

Tal parece que estás arrepentido…

PROMETEO

¡Oh Zeus, tirano fermentido,

sé que voy a sufrir y me conformo…!

LAS OCEÁNIDAS

(retirándose)

¡Qué olor tan espantoso a yodoformo…

PROMETEO

(bajo el bisturí de Hermes)

¡Ay…!

OCEÁNIDAS

(en la lejanía)

¡Que caray…! ¡Que caray…!

via paiki

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